Esguince cervical, síntomas y tratamiento

El esguince cervical es una de las lesiones más frecuentes en un accidente de tráfico. Se produce por la flexión y extensión brusca del cuello; movimientos repentinos y fuertes que pueden dañar severamente los músculos, ligamentos y articulaciones de la columna cervical y ocasionar dolor, sensación de vértigo e, incluso, hormigueo en los brazos.

Principales causas del esguince cervical

La causa más extendida y común del esguince cervical no es otra que los accidentes de tráfico. Cuando dos vehículos colisionan entre sí, lateral o posteriormente, el impacto súbito provoca el movimiento violento del cuello hacia atrás y hacia adelante, como si de un latigazo en el aire se tratase. Esta sacudida puede dañar a músculos, discos, nervios y tendones del cuello, así como a la columna vertebral.

Esta lesión también se puede producir por otras causas como mantener una postura incorrecta durante largo tiempo, cargar con objetos demasiado pesados o dormir en mala posición son algunos ejemplos de comportamientos que pueden ocasionar este tipo de traumatismo.

Síntomas de un esguince cervical

¿Cómo sabemos si padecemos un esguince cervical? En múltiples ocasiones, los síntomas de esta dolencia no aparecen en el mismo momento del golpe, sino horas o días después. Normalmente, la víctima sufre un dolor agudo en el cuello, la cabeza y la espalda; acompañado de rigidez muscular, mareos, zumbidos en los oídos y hormigueo de brazos y manos.

No obstante, existe gran variedad de síntomas asociados a esta lesión que pueden pasar desapercibidos y que están asociados al esguince cervical: irritabilidad, insomnio, ansiedad o alteraciones de conducta, entre otros.

Aunque los síntomas suelen desaparecer a las pocas semanas si se tratan adecuadamente, en ocasiones persisten más de seis meses o incluso años después del accidente de tráfico. En este caso, los afectados del esguince cervical sufren cefaleas, limitación de movimiento y dolores crónicos en espalda y cuello que incapacitan a la víctima en el desarrollo normal de las actividades cotidianas.

Tratamiento del esguince cervical

Por supuesto, esta dolencia debe ser tratada por un especialista médico que examinará el cuello para asegurarse de su estabilidad y de la gravedad de la lesión, que puede oscilar desde grado 0 (sin signos de traumatismo) hasta grado IV que requiere de tratamiento quirúrgico.

El sexo, ocupación, patologías previas y la posición de la víctima en el momento del impacto son factores importantes a la hora de realizar el diagnóstico, así como para elegir el tratamiento adecuado para el paciente.

Normalmente, en primer lugar, se recetan relajantes musculares y anti-inflamatorios que reduzcan el dolor y la contractura, al mismo tiempo que se inmoviliza el cuello con un collarín y se recomienda reposo para una recuperación durante las siguientes semanas.

Sin embargo, si los síntomas persisten, suelen ser necesarias sesiones de quiropráxis, fisioterapia y rehabilitación y, dependiendo de la gravedad del traumatismo, en situaciones puntuales, se requiere intervenir quirúrgicamente al afectado.

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